Aseveró que la institucionalización de los menores, es decir, la permanencia en albergues, no es la respuesta para su cuidado, pues por cada tres meses que un niño pasa en una institución pierde un mes de desarrollo, lo que tiene implicaciones cognitivas y de salud graves.
Por esta necesidad apremiante, señaló, la organización está apostando a las familias de acogida, porque está comprobado que el núcleo familiar contribuye a formar interacciones sanas. Los niños en situación vulnerable, dijo, vienen lastimados, lacerados y con heridas profundas en su corazón y su cuerpo, por lo cual el trabajo de restauración para ellos es más grande.
La organización, señaló, busca a familias voluntarias que, sin buscar ninguna remuneración económica, se deciden a dar un hogar transitorio a estos niños y adolescentes. Reiteró que no se trata de una adopción, sino de darles acogida en casa mientras su situación jurídica se resuelve.
Quienes reciben a los menores pueden brindarles, además de techo y comida, el afecto, la estructura y los límites que no conocen, motivo por el cual las familias se convierten en el centro de restauración de los niños, enfatizó Angélica Sáenz.
Asimismo, la organización cuenta con un psicólogo que dará el seguimiento adecuado a las familias que acojan a un niño o adolescente. Las personas interesadas en ser parte del programa pueden comunicarse al número telefónico 614 160 1804.