Agricultores pertenecientes al ejido Loma de Pérez solicitaron a la Comisión Nacional del Agua el reencauzamiento de las aguas saneadas en la Planta Tratadora Poniente, las cuales vuelven a contaminarse debido a que se descargan a un dren agrícola donde la gente arroja todo tipo de desechos.
Cruz Jiménez, agricultor que fue comisionado para realizar la gestión mencionada antes, comentó que están pidiendo a la Conagua la derivación de las aguas tratadas hacia una acequia revestida de concreto, con la cual se riegan las tierras del ejido.
Señaló que la planta tratadora, ubicada cerca del rastro municipal de Delicias, casi está trabajando en vano, pues el agua saneada se contamina después de recorrer un kilómetro y medio por el dren, ya que la gente arroja a este canal basura y animales muertos.
Refirió que en una ocasión abordó a José Ángel Félix Sánchez, director local de la Conagua, para plantearle la petición de los ejidatarios. Sin embargo, al acudir en junio del año pasado a las oficinas de la dependencia federal, donde buscaban hablar con el funcionario, les impidieron el paso.
“Hemos ido con el comisariado dos veces a Chihuahua, pero no se nos recibe, está muy restringido… no nos dejan llegar y la última vez que estuvimos yo le hice a la secretaria saber que se trataba de Cruz Jiménez y el comisario Antonio Payán, de lo prometido, a ver si le daba trámite a eso, y no nos recibieron, dejaron nomás el mensaje. Quedaron de llamarnos y no hemos recibido ninguna respuesta”, se quejó.
Mientras tanto, los agricultores del ejido tienen que soportar los olores fétidos del agua con la que riegan sus campos, de tal forma que hay quienes ni siquiera pueden dormir debido a lo penetrante del hedor.
Por último, Cruz Jiménez advirtió que los ejidatarios están dispuestos a manifestarse si las autoridades federales no los atienden, lamentando que las aguas tratadas vuelvan a contaminarse pese a la inversión realizada en infraestructura de saneamiento.
Cabe recordar que la Planta Tratadora de Aguas Residuales Poniente fue puesta en funcionamiento en marzo del 2021, con el propósito de reducir las descargas contaminantes al río San Pedro.